Vestido tradicional del Perú en el departamento de Ancash (espagnol)

El traje regional en las áreas serranas del departamento de Ancash se distingue por su suntuosidad, especialmente el femenino. Está compuesto por las prendas comunes de la indumentaria tradicional: pantalón, camisa y poncho en los varones; falda, blusa y manta en las mujeres, aunque con característcas locales, particularmente en el Callejón de Huaylas.
Por lo común las mujeres visten blusas de colores claros con rosado, celeste, lila o blanco, confeccionadas de tela de seda o de algodón y adornadas con volantes y algunos bordados hechos con sencillas puntadas representando aves, flores o simples motivos simétricos. Llevan superpuestas varias polleras de bayeta negra, azul oscuro de colores intensos, que en algunos lugares adornan con cintas, alforzas y pespuntes. Al igual que en las áreas rurales de la sierra norte y central, las polleras interiores son desde la cintura hasta la cadera de tela delgada de algodón y las bordan con tirillas. En ciertos pueblos se ponen sobre la falda superior de bayeta una de seda y otra de percala. Ciñen por lo general la cintura con las polícromas de lana, tejidas mayormente por artesanos de Yungay, especializados en esas labores.
Las mantas con que se abrigan son la lana azul, rosado intenso, granate u otros colores, según los pueblos, adornadas generalmente con pespuntes armando volutas o flores, y orladas con flecos y cintas. Usan sombreros de lanas o de paja, que en ciertos lugares adornan de manera característica con cintas de colores, borlas y “bellotas” o pompones de lana. En el distrito de Yungay y en otras poblaciones acostumbran colocarse la manta sobre el sombrero durante las horas de mucho calor, lo que produce un efecto muy original. Para las fiestas y ferias dominicales se adornan con pendientes de plata en las orejas, gran cantidad de collares de cuentas de colores y anillos en los dedos de la mano.
Actualmente usan ojotas. Hasta aproximadamente la década del 50 caminaban descalzas, y hoy como entonces sólo para las fiestas o ferias usan zapatos las de mayores recursos, que suelen llevar en la mano desde el caserío hasta el lugar donde los lucirán como demostración de elegancia.
Los varones ancashinos visten pantalón y chaleco de corte europeo, a veces también saco, hechos de bayeta azul oscuro o en color natural. Se sostienen el pantalón con una faja multicolor tejida generalmente por los artesanos especializados de Yungay. La camisa así como el pantalón interior que acostumbran llevar son, por lo común, de tocuyo blanco. Los ponchos son muy hermosos, tejidos de lana a veces tramada con fibras de algodón y decorados mayormente con listas verticales de color sobre fondo ocre, marrón, gris o negro, siguiendo la costumbre local de cada pueblo. Mientras trabajan lo llevan echando una punta a cada lado sobre los hombros, de manera de tener libres los brazos. Usan indistintamente tradicionales sombreros de paja, manufacturados en la costa norte, o de lana de oveja en color natural o teñida de gris u ocre, y también industriales de paño. Calzan llanques, ojotas cuya suela actualmente hacen de llanta, y a veces zapatos, como demostración de buena situación económica.
Colgada al hombro va la indispensable pishka de origen prehispánico, bolsa rectangular de cuero o tejida que les sirve para portar sal, coca, dinero y objetos pequeños. Cuando viajan llevan sus enseres y productos comerciales en alforjas tejidas.



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